
...y les puedo asegurar que eso en un arquitecto es muy, pero que muy malo.
Claro, que teniendo que en cuenta que vivimos en un mundo con desodorantes anti-estress (verídico, aunque aquí no es el lugar adecuado para hacer bromas al respecto) y jamón serrano de pavo, lo raro es no perderlo.
Todo plano que se precie, precisa de dos elementos indispensables: la escala y el norte.
El norte, como se imaginarán, nos indica la situación del edificio o área de actuación en relación a los puntos cardinales. Esto nos orientará en cuanto a soleamiento, vientos,....
Si descubrimos una piscina al Norte con toda la casa detrás, no hay duda morenos, lo que se dice morenos, creo que no nos vamos a poner.
Igualmente, si la única ventana de la casa está en poniente (Oeste), tendremos una maravillosa luz rojiza que no iluminará, que se meterá hasta el baño y que dará un calor en verano insoportable.
Los japoneses, que son más democráticos y solidarios, el "norte" lo ponen para que marque el Sur.
¡No se van a llevar los paises ricos hasta el símbolo de los planos!
Entendido el Norte, nos meteremos con la escala.
Ésta puede ser un número (1/500, 1/100, 1:5, 1:10) o una regla con marcas (._._._._._._._.).
Al final es un símbolo que utilizamos para reflejar una realidad inabarcable. Lógicamente, como no podemos reflejar en un papel la verdadera dimensión de una casa, tenemos que simplificarla y darle un tamaño irreal pero abarcable por nosotros.
Y aquí está lo interesante porque, cómo dibujamos una cosa que es más grande.
No podemos definir o detallar todos los elementos ya que el dibujo se emborronaría totalmente con líneas, tramas, colores y texturas y al final no veríamos nada.
Dibujar una casa en un papel del tamaño de una cajetilla de cigarros, nos lleva a sintetizar, a reflejar sólo aquellos aspectos importantes o "singulares" del objeto. Por tanto, nos lleva a colocar elementos, nuevamente simbólicos, que se identifican con partes reales del edificio aunque no los representen tal como son.
A estás alturas me permitirán nuevamente citar (de memoria) al maestro OIZA:
"una raya en el papel es un metro en la realidad"
Y aquí me hallo, con una compañera y magnífica arquitecta preocupada por haber perdido 10 cm en un plano y yo habiendo perdido el norte y la escala.
Cerramos (como siempre sólo por ahora) el número 2: Escala & Desproporción sin encontrar el tamaño adecuado pero buscando siempre en lo grande y lo pequeño.
Claro, que teniendo que en cuenta que vivimos en un mundo con desodorantes anti-estress (verídico, aunque aquí no es el lugar adecuado para hacer bromas al respecto) y jamón serrano de pavo, lo raro es no perderlo.
Todo plano que se precie, precisa de dos elementos indispensables: la escala y el norte.
El norte, como se imaginarán, nos indica la situación del edificio o área de actuación en relación a los puntos cardinales. Esto nos orientará en cuanto a soleamiento, vientos,....
Si descubrimos una piscina al Norte con toda la casa detrás, no hay duda morenos, lo que se dice morenos, creo que no nos vamos a poner.
Igualmente, si la única ventana de la casa está en poniente (Oeste), tendremos una maravillosa luz rojiza que no iluminará, que se meterá hasta el baño y que dará un calor en verano insoportable.
Los japoneses, que son más democráticos y solidarios, el "norte" lo ponen para que marque el Sur.
¡No se van a llevar los paises ricos hasta el símbolo de los planos!
Entendido el Norte, nos meteremos con la escala.
Ésta puede ser un número (1/500, 1/100, 1:5, 1:10) o una regla con marcas (._._._._._._._.).
Al final es un símbolo que utilizamos para reflejar una realidad inabarcable. Lógicamente, como no podemos reflejar en un papel la verdadera dimensión de una casa, tenemos que simplificarla y darle un tamaño irreal pero abarcable por nosotros.
Y aquí está lo interesante porque, cómo dibujamos una cosa que es más grande.
No podemos definir o detallar todos los elementos ya que el dibujo se emborronaría totalmente con líneas, tramas, colores y texturas y al final no veríamos nada.
Dibujar una casa en un papel del tamaño de una cajetilla de cigarros, nos lleva a sintetizar, a reflejar sólo aquellos aspectos importantes o "singulares" del objeto. Por tanto, nos lleva a colocar elementos, nuevamente simbólicos, que se identifican con partes reales del edificio aunque no los representen tal como son.
A estás alturas me permitirán nuevamente citar (de memoria) al maestro OIZA:
"una raya en el papel es un metro en la realidad"
Y aquí me hallo, con una compañera y magnífica arquitecta preocupada por haber perdido 10 cm en un plano y yo habiendo perdido el norte y la escala.
Cerramos (como siempre sólo por ahora) el número 2: Escala & Desproporción sin encontrar el tamaño adecuado pero buscando siempre en lo grande y lo pequeño.
Equipo NoLoSé
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