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AÑO III.. Nº 4. LENGUA-JES
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Vida y muerte del símbolO



© Pepe Valera. 1.996

Nunca hizo falta que los símbolos los impusieran los sabios o los poderosos: su fuerza radicaba en que hacían que el alma vibrara, que la parte más animal, más primitiva, aflorara de nuevo y latiera con el universo. Los colores, las estaciones, la misteriosa vida del sol y los ciclos extraños de la luna, todo lo que extrañaba, precisaba de una explicación inmediata, la misma que piden los niños de forma insistente ante lo que no entienden. Así nacieron: fueron luego los sabios quienes los estudiaron, y los poderosos los que emplearon para su conveniencia.

Sin símbolos no existiría la fantasía: no existirían, tampoco, los secretos, ni se apreciaría la belleza sutil de la huella del viento sobre una duna. Sin ellos, la vida sería plana, y primitiva, porque la ciencia precisa tanto del símbolo como el arte para convertir lo abstracto en lo concreto. Ni siquiera la palabra resulta tan importante: el símbolo une, cosa que no siempre hacen las pobres y mezquinas palabras.
Sólo mueren los símbolos cuando agonizan las civilizaciones que los han creado. Es su fin el mismo que lleva a la ruina la mente que la creó. No queda de ellos ni el recuerdo, carecen de sentido, como objetos sin uso.

Para recordarlos sirve la literatura, y también el arte: para ver el mundo de otra manera, para transformar la realidad en otra cosa, y dividirla en infinitos planos, en muñecas huecas que encajan una dentro de la otra. Para recuperar la mirada atónita de los primitivos, de los niños que miran al fuego y parpadean, y preguntan por qué.

EspidO FreirE. EscritorA

Espido Freire es escritora y Premio Planeta. Además de su magnífica actividad literaria ha fundado la empresa E+F , como respuesta a las carencias culturares de nuestra sociedad.

Pepe Valera, es dibujante e ilustrador. Sus obras reflejan un mundo fantástico en el que pequeños personajes de gran expresividad invaden los soportes de trabajo llenándolos de imagenes extraorinarias.



3 comentarios:

  1. Quiero agradecer personalmente a Espido su colaboración, porque sé que es una persona muy ocupada.

    MELOCOTONES HELADOS marcó un hito en mi vida personal, por lo que tenerla aquí no sólo es un honor sino un verdadero deleite.

    Al resto de colaboradores, poco puedo deciros más que lo que ya os he dicho personalmente: Muchas gracias por vuestro tiempo y dedicación, porque sé que lo que hay aquí escrito, dibujado y fotografiado es muy personal y ha salido de muy dentro.

    Saludos,

    Santiago
    Equipo NoLoSé
    nolosearquitectura@gmail.com
    www.nolosearquitectura.es

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  2. bueno equipo no lo se, que decir,
    con estas colaboraciones de lujo, y su trabajo tan dedicado,
    pues es una delicia visitar la pagina.
    felicidades
    saludos
    bernarda

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  3. Símbolos, dioses, mitos, rituales... la decadencia aparece cuando la metáfora sustituye a la realidad, convirtiéndose en verdad absoluta más allá de la mera interpretación que representa. A mí el símbolo siempre me ha parecido tan peligroso que me sorprende que la gente sea capaz de vivir inmersa en ellos sin darse cuenta, de verdad. Totalmente prejuiciosa.

    Afirma Espido Freire (colaboración de lujo, de verdad) que nos unen a nuestra parte más animal, que sin ellos la vida sería plana, sin secretos, sin fantasía; y yo no sé, con el respeto debido, hasta qué punto se da cuenta de que se contradice. El símbolo, por ejemplo, surge con la conciencia del yo así que dudo realmente que nos pueda unir a nuestra parte más animal, que solo tiene conciencia del mundo.

    El símbolo es un intermediario. La vida sin símbolos es mucho más compleja en los matices y difícil de expresar porque te obliga a mirarla cara a cara sin ayuda. Es mucho más individual y rica, mucho más complicada, cierto.

    La fantasía no tiene nada que ver con el símbolo. Bueno, quizá sí, y lo que no tenga que ver con el símbolo, con el engaño, sea la imaginación. Eliminar el símbolo implica no crear mundos sobre un intermediario, sino sobre la propia realidad. El carro de Helios me da igual: una historia que podría haber inventado cualquiera, pero que nunca habría podido relacionar con los ciclos del Sol. Ni falta que me hace, a mí o a la ciencia.

    Debido a una lesión me cuesta bastante comprender cierta clase de símbolos, y no me parece que mi vida sea más animal, menos imaginativa o menos completa (pelín más complicada, sobre todo conduciendo). Mucho más difícil para expresar con gente que no sabe prescindir de la parábola. Realmente te da perspectiva saber que unas cosas tan sumamente arbitrarias sean tan sumamente importantes para el ser humano.

    Saludos.

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