…no Mies, Le Corbusier o Wright, ni tan siquiera Koolhaas o Foster, no, simplemente Marilyn…y claro con los pelos que tengo en las piernas, o peor en la espalda, pues no vamos a negar que es difícil.
Y es que eso es lo que tienen los iconos o los ídolos, ¡que son fascinantes!, que están por encima del resto, que son como dioses…Sí, sí… Me río yo de Ramses con todas sus efigies o templos, nada como mi Marilyn.
Es interesante ver como hay ciertos personajes que trascienden, que marcan a las masas y de repente quedan en la retina del resto.
Por eso se convierten en un símbolo, porque símbolos no son sólo objetos o palabras, sino también personas…
¿No hay estatuas de personas ilustres en cada plaza? ¿No hay epitafios o placas en las casas donde vivieron?
Cuando veo una de esas placas, automáticamente, veo la casa de otra manera. Se impregna de una “inmanencia” de la ilustre persona que la habitó. Entonces, el edificio, independientemente de sus ornatos, adquiere una especie de aura que lo convierte en un símbolo.
Y no hace falta que sea el castillo donde habitó un gran rey o un gran palacio donde se firmó un tratado. Hablo de la casa en cuya tienda de abajo comprábamos golosinas cuando éramos pequeños, o la casa de nuestros padres, con esa habitación intacta donde dormíamos, que ahora se ha convertido en un símbolo para ellos…casi en un mausoleo.
¿Imaginan la casa de Marilyn? Yo nunca he estado, pero conociendo a los norteamericanos seguro que se puede visitar…
¿Y su arquitecto? Ese sí que fue grande y no Mies, Le Corbusier o Wright, ni tan siquiera Koolhaas o Foster, porque les aseguro que cada recoveco de esa casa se mirará con más reverencia que cualquier obra de los grandes.
Y es que eso es lo que tienen los iconos o los ídolos, ¡que son fascinantes!, que están por encima del resto, que son como dioses…Sí, sí… Me río yo de Ramses con todas sus efigies o templos, nada como mi Marilyn.
Es interesante ver como hay ciertos personajes que trascienden, que marcan a las masas y de repente quedan en la retina del resto.
Por eso se convierten en un símbolo, porque símbolos no son sólo objetos o palabras, sino también personas…
¿No hay estatuas de personas ilustres en cada plaza? ¿No hay epitafios o placas en las casas donde vivieron?
Cuando veo una de esas placas, automáticamente, veo la casa de otra manera. Se impregna de una “inmanencia” de la ilustre persona que la habitó. Entonces, el edificio, independientemente de sus ornatos, adquiere una especie de aura que lo convierte en un símbolo.
Y no hace falta que sea el castillo donde habitó un gran rey o un gran palacio donde se firmó un tratado. Hablo de la casa en cuya tienda de abajo comprábamos golosinas cuando éramos pequeños, o la casa de nuestros padres, con esa habitación intacta donde dormíamos, que ahora se ha convertido en un símbolo para ellos…casi en un mausoleo.
¿Imaginan la casa de Marilyn? Yo nunca he estado, pero conociendo a los norteamericanos seguro que se puede visitar…
¿Y su arquitecto? Ese sí que fue grande y no Mies, Le Corbusier o Wright, ni tan siquiera Koolhaas o Foster, porque les aseguro que cada recoveco de esa casa se mirará con más reverencia que cualquier obra de los grandes.
SaNTiaGO gArCía. arQuiTectO
Traitore, mezclando conceptos para confundir y dar excusas baratas al personal.
ResponderEliminarLa arquitectura no es mejor en tanto más simbólica, o en tanto yo mire con reverencia cada uno de sus recovecos por haber vivido uno de mis ídolos. Probablemente mire con igual reverencia la colección de vestidos que tenía.
Si el edificio es malo no lo mejora que haya vivido Marilyn, aunque yo también quiera ser como ella.
Torre Eiffel: Estructura metálica oxidada, sin utilidad aparente, con gran y costoso mantenimiento.
ResponderEliminar¿Es eso un buen edificio?
Santiago
Equipo NoLoSé.
Es una bonita y cara escultura, por mucho que se me queje el personal. Que alguien me contradiga, y me diga que es más importante su espacio interior que la foto que tiene.
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