© Santiago García. 2009.
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...o más bien, el huevo, el óvulo. O sea, el lugar en el que empieza la vida y el origen de lo que somos. Porque un huevo, el huevo, el óvulo, es donde comienza la historia de cada uno de nosotros.
En apariencia un óvulo no es mucho. 23 cromosomas en el caso de los humanos, ni siquiera los 46 que se encuentran en cualquier otra célula del cuerpo de una mujer.
Sin embargo el óvulo es “enorme”. No sólo desde el punto de vista físico (si un espermatozoide tuviera el tamaño de un ser humano -un españolito medio, digamos- el óvulo sería el equivalente al edificio de la Telefónica en Madrid o la sede de La Caixa en Barcelona) sino también desde el punto de vista funcional.
El óvulo contiene los nutrientes (hidratos de carbono, grasas y proteínas) que alimentarán al embrión durante los primeros instantes de la gestación. Y también almacena la maquinaria necesaria para comenzar a construir la nueva vida, ladrillo a ladrillo, célula a célula.
Por eso, además de “solar” donde se inicia la vida, el óvulo es también proveedor de suministros y arquitecto.
Todo un monopolio de la construcción.
RodRiGo FeRNánDEZ. iNveSTiGaDOR (Idea y Texto)
SaNTiaGO gArCía. arQuiTectO (Imagen)
SaNTiaGO gArCía. arQuiTectO (Imagen)
RodRiGo FeRNánDEZ está doctorado en Bioingeniería por la Universidad de California en Berkeley. Actualmente realiza labores de investigación sobre el cancer en el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York.
Este "articulo, me gusta un huevo...
ResponderEliminarun huevo o el huevo??
ResponderEliminarUy que nos vamos a poner trascendentales !!
Equipo No Lo Se (Santiago)
Me interesa mucho esta propuesta interdisciplinar.
ResponderEliminarmenos mal que son una especie a extinguir...
ResponderEliminar¿Los huevos?
ResponderEliminarLos solares.
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